Un barranco de coleccionista... se nota que no pasa mucha gente por allí. Algunas partes están con muchas zarzas y las aguas invernales en algunos puntos han acumulado una gran cantidad de troncos y ramas. En cualquier caso, bastante divertido y acuático (afortunadamente el agua no estaba muy fría).

La aproximación no es complicada ni excesivamente larga. El retorno en teoría eran 5 minutos, pero nosotros abandonamos el río antes (en el puente), cuando deberíamos haber continuado unos 200 o 300 metros más para evitarnos una buena subida que nos llevaba a la acequia por la que nos habíamos aproximado.

Los rápeles tenían alguna dificultad (aunque alguno es destrepable). Otros impresionaban por los movimientos de agua que, afortunadamente, eran menos duros de lo que parecían. Eso sí, hay que ir con paso firme y despacio porque tiene zonas muy resbaladizas y algunos destrepes en los que hay que tener cierta habilidad y sangre fría.

En esta ocasión fuimos Jose Antonio, Juanjo, Manuel, Emilio, José Ramón, José y Zerjillo.