Carta abierta a los alumnos de Traducción e Interpretación (UGR)

Hola a todos

Recientemente he recibido un escrito que habéis remitido a la Sra. Decana de la Facultad de Traducción e Interpretación. Dicha carta dice textualmente:

Estimada Sra. Decana:

En nombre de la práctica totalidad de alumnos de la asignatura H.I.T.I (Herramientas Informáticas para Traductores e Intérpretes) de Segundo Curso de Grado de esta Facultad, grupo C, y en el mío propio, queremos hacerle llegar este manifiesto para que el Departamento correspondiente, notifique al interesado lo siguiente:

Queremos agradecer al Profesor D. SERGIO ALONSO, su interés, la atención prestada en todo momento, el exquisito trato, tanto humano como profesional que nos ha dispensado en los pocos días que desgraciadamente hemos disfrutado de sus clases Magistrales. Entrañable en el desarrollo de la clase, nos ha sabido transmitir seguridad, sentido crítico, confianza y ha demostrado una inhabitual cercanía entre profesor y alumno, algo necesario y muy importante, que por desgracia, no es frecuente en los docentes.

En usted, hemos tenido un magnífico Profesor Universitario.

Muchas gracias.

Granada a 1 de Marzo de 2012

Lo primero que tengo que deciros es que estoy profundamente agradecido (¡y sorprendido!) por vuestras palabras. No es común recibir este tipo de notificaciones.

También tengo que comentar que este año ha sido, cuando menos, un poco más complicado de lo que yo imaginaba: No solo hemos tenido que adaptarnos a la nueva asignatura H.I.T.I. en la que se han incorporado cambios drásticos (como la disminución de la docencia asignada a mi departamento), sino que además hemos tenido que mantener también la docencia de la antigua asignatura I.A.T., lo cual ha hecho que la docencia de las asignaturas de Informática en TeI se hayan disparado. Pero es que además me he tenido que enfrentar a un proceso complejo para por fin poder consolidar la plaza de profesor en la UGR. Tras 9 años de vinculación con la Universidad post-licenciatura (6 contratado) ya iba siendo hora de obtener un contrato con más garantías (el que tenía acababa el año que viene).

Afortunadamente la cosa ha salido bien y muy recientemente he podido obtener una plaza de Profesor Titular de Universidad. El proceso ha sido largo y lleno de baches, pero creo que se trata de un gran logro en el ámbito profesional (al menos yo lo veo así). Sin embargo, tengo que reconocer que el mérito no ha sido solo mio.

Si realizo un repaso de mi actividad en la UGR tengo que reconocer que mi carrera laboral comenzó centrada fundamentalmente en la investigación (no la docencia). Y sin embargo, tras haber pasado unos cuantos años impartiendo clases (muchas de la cuales en la Facultad de Traducción e Interpretación) he podido darme cuenta que mis intereses reales no son solo investigadores. La docencia me gusta y eso se debe en gran medida a vosotros. Todas las generalizaciones son malas, pero tengo que deciros que vosotros en vuestro papel de alumnos sois buenos. ¡Muy buenos, que leches! En general conseguís que lo que podría ser una aburrida clase de dos horas sea algo entretenido. De hecho, por mucho que los docentes intentemos hacer más llevadera una clase, si vosotros no interaccionáis, al final las clases se hacen tediosas y nosotros llegamos a sentir que perdemos el tiempo. Y hay que reconocer que en una clase en donde tenéis acceso a Facebook, Tuenti y demás distracciones sociales, o tenéis un mínimo interés por un correcto desarrollo de las clases o apaga y vámonos.

Pero claro, no solo unos alumnos interesados y una cierta inquietud personal por hacer las cosas más o menos bien hacen que las clases resulten llevaderas y útiles. Yo he aprendido mucho de otros docentes universitarios (especialmente de mi época de estudiante, aunque también de mi época de profesor novatísimo). Especialmente de los malos ejemplos. ¿Cuantas veces no habré pensado: ¡si algún día tengo que enseñar esto, nunca lo haría así!? Aunque también ha habido profesores muy buenos. Y una de las pocas cosas que ahora lamento (y bastante!) es no haber dicho nada en su momento: a los buenos profesores debía haberlos elogiado. Y a los malos profesores debería haberlos criticado (siempre dentro de una educación, claro). Pero tengo que reconocer que nunca lo hice (por aquello de ¿quién le pone el cascabel al gato?).

Y precisamente por eso esta notificación que me habéis mandado me ha parecido especialmente importante, porque veo que vosotros habéis tenido una iniciativa que yo no fui capaz de tener en su día. Me consta que no solo habéis tenido el detalle de mandar una carta positiva en los casos oportunos, sino que también habéis sido críticos con las actuaciones que no os han parecido correctas. Bravo por vosotros. Precisamente eso es lo que yo quiero ver en los estudiantes de la Universidad actual. Tenéis que salir de estos muros siendo capaces a enfrentaros a todo tipo de problemas. La Universidad (y particularmente la UGR) no puede ser exclusivamente una fábrica de conocimientos. Tenéis que salir de aquí con espíritu crítico. Porque os van (nos van) a pegar bofetadas por todos lados (y más ahora con la situación que tenemos). Por eso debemos tener la suficiente entereza como para poder criticar lo que creemos que está mal. Sin crítica es imposible mejorar. Nadie debería ser intocable.

Yo conozco varios de mis aspectos más negativos y os puedo asegurar que intento corregirlos. ¡Pero para mi es fundamental que me digáis precisamente en qué tengo que mejorar!

Por otra parte, siempre intento comentar con vosotros que espero que la escasa relación que hemos podido tener (¡ni siquiera un cuatrimestre completo!) no quede en simplemente eso. Por eso os animo a que sigamos manteniendo el contacto siempre que queráis. Para mi es una satisfacción saber que os va bien (o quizás no tanto) o que tenéis otras inquietudes al margen de vuestros estudios. Así que si me queréis preguntar algo, simplemente queréis charlar conmigo... o ¡yo que se qué!, no dudéis en hacerlo. Y para no ser menos, yo directamente os comento una de las actividades que podrían interesaros y que me gustaría compartir con vosotros (si tenéis interés): la astronomía. Soy astrónomo aficionado y con cierta frecuencia salgo al campo (solo o con amigos) para observar el cielo con mi telescopio. Bueno, pues si os interesa el tema (aunque no tengáis ni idea), no dudéis en contactar conmigo si os apetece ver el cielo de una manera distinta a la habitual.

Por último repetiros mi agradecimiento por vuestra carta. Me ha emocionado más de lo que podéis imaginar y me anima a continuar con mis tareas docentes los próximos años.

Un afectuoso saludo

Zerjillo

07 de Septiembre de 2012